(Articulo: CMSIV, Martin Miguel Ballivian)
Seguridad alimentaria
Los impactos del cambio climático están revelando la fragilidad de los sistemas alimentarios.
El hambre ha aumentado a 14 millones de personas en América Latina y el Caribe, perdiéndose 20 años de importantes avances. Y esto a pesar de que la producción de alimentos a nivel global ha incrementado considerablemente desde los años 60 y que el desperdicio de comida representa un 8% de todas las emisiones que contribuyen al cambio climático. (Cf.: informe de agencias de Naciones Unidas: 2020).
En este contexto, San Ignacio de Velasco como otros municipios del país con vocación agrícola comunitario tienen el desafío de revertir esta situación impulsando sistemas alimentarios sostenibles que garanticen la seguridad y soberanía alimentaria y la nutrición para todas las personas, sin poner en riesgo las prácticas económicas, sociales y ambientales de la zona.
En nuestro país aproximadamente 2,5 millones de personas dependen de unidades productivas de agricultura familiar, indígena o campesina, por tanto, resultan directamente afectadas por los impactos del cambio climático.
Ejemplo claro, es la que nos ocupara en el siguiente acápite –la producción de papaya en la Central sindical de trabajadores indígenas originarios campesinos Marcelo Quiroga Santa Cruz-
El edén de las papayas
Con más de 600 comunarios interculturales (migrantes cochabambinos, orureños, potosinos, cruceños…) la Central Marcelo Quiroga Santa Cruz celebró ayer 15 de junio 2 años de fundación y presumió su vocación productiva diversificado en la que se masifica con hasta 300 ha. de papayas con árboles que producen durante todo el año de hasta 80 frutos por árbol.
En la ocasión, la presidenta de la comisión en materia de salud, licenciada Nancy Céspedes Ardaya concejal del municipio valoró la producción de papayas que garantiza el alimento de varias ciudades del país como La Paz, Cochabamba, Sucre, Tarija y Santa Cruz. También planteó la necesidad de mejorar la carretera en épocas de lluvia para evitar daños en el traslado del producto como lo afectado el mes de abril afectando la economía de las comunidades y provisión del fruto al mercado interno.
El comunario de la Sub Central Paraíso del Sur, Limber Ferrufino indicó que en la zona hay tres variedades de papaya: hawaiana o salvietty, tainung y red laidy, además producen maíz, maní, yuca y plata.
Sin embargo, hay retos que los productores de la central indígena deben surtir el uso de los agroquímicos o paquetes tecnológicos para evitar plagas y virus que afectan al fruto y hacer tolerante al cambio de climas.
La pregunta es ¿cómo los agricultores de esta zona pueden producir sin los “cidas”? ¿es posible recuperar saberes y conocimientos ancestrales?
Una fruta con grandes ventajas
Para la nutricionista, Carolina Vélez, la papaya es una fruta de bajo valor calórico, solo 53 calorías por cada 100 gramos de fruta. Es rica en vitamina C, A, E y K, además, tiene elevados niveles de flavonoides, ácido pantoténico, ácido fólico, potasio y magnesio, así como una gran cantidad de fibra. Combate el estreñimiento, actúa como un laxante suave. Agiliza cicatrizaciones externas e internas.
Facilita el bronceado ya que contiene gran cantidad de retinina, refuerza la inmunidad, ayuda a la digestión y calma el dolor e inflamación del estómago, por la enzima papaína, que desdobla las proteínas y favorece el proceso digestivo.
Esta enzima tiene también propiedades analgésicas, es muy útil en caso de gastroenteritis, colitis y colon irritable gracias a su efecto suavizante y antiséptico sobre los intestinos. Es la fruta ideal para la dieta ya que es rica en nutrientes.
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